Foto: Fundación Miranda
La residencia de ancianos Fundación Miranda de Barakaldo ha acogido por primera vez una Jornada de Voluntariado para Mayores. El encuentro ha tenido como acto central una mesa redonda en la que expertos y voluntarios han compartido sus visiones y proyectos. La sesión ha contado con la participación del director de la agencia de voluntariado Bolunta, Natxo Arnáiz; la impulsora del programa de acompañamiento proactivo de la Fundación Miranda, Maite Martín; el voluntario de la asociación Nagusilan Felipe Zorrilla y la representantes de la organización Cáritas Cristina López.Comunicado. I Jornada de Voluntariado para Mayores
La Fundación Miranda lleva más de cien años ejerciendo una intensa labor en beneficio de la sociedad, y nada de ellos habría sido posible sin la labor de aquellas personas que desinteresadamente han empleado su tiempo y su esfuerzo para hacerlo posible. Es por ello, que en mayo se ha celebrado un día importante para la Fundación Miranda y para el Voluntariado: se celebró allí su I Jornada de Voluntariado para Mayores.
La inauguración de las jornadas contó con la presencia en la mesa de la concejala de Acción Social del Ayuntamiento de Barakaldo, Amaia Rojas, y del director de la Fundación Miranda, Rafael Carriegas.
El acto principal de dicha jornada consistió en una mesa redonda en la que distintos agentes compartieron su visión y sus experiencias sobre el voluntariado. Dada la trayectoria que todos ellos tienen en el campo del voluntariado, su presencia fue valiosa y enriquecedora.
Natxo Arnáiz, director de Bolunta, compartió con las asistentes el rol del voluntariado y sus límites, y Maite Martín, miembro del patronato de la Fundación Miranda e impulsora del programa de acompañamiento proactivo, ahondó en los derechos y deberes del voluntario.
Por su parte, Felipe Zorrilla, voluntario de Nagusilan, compartió su experiencia sobre cómo llega una persona a hacerse voluntario. Para finalizar, Cristina López, de Cáritas Bizkaia, expuso los desafíos del voluntariado en estos tiempos de crisis.
Fue una experiencia plenamente satisfactoria que permitió que distintas organizaciones de voluntariado del entorno establecieran contacto, compartieran inquietudes, y tendieran puentes hacia la colaboración y el apoyo mutuo.