publicidad

Paco Santana | escritor
"Barakaldo cobrará protagonismo en mis próximas novelas"


por Mariela Estévez Campos | Foto: Agustín Robredo (Grafilur)

Santana presenta la novela este miércoles 12 de marzo a las 19.30 horas en la librería Milo’s
Los niños que ya no sonríen’ ya tiene opciones para ser traducida a otros idiomas y se está haciendo un guion en inglés sobre ella con vistas a rodar una película. La novela es obra de Paco Santana (Barakaldo, 1971), albañil en paro y escritor revelación del momento, casado, con dos hijos y un montón de facturas que pagar, se quedó en la calle tras 21 años trabajando en la construcción. Adicto a los libros (especialmente a los de terror) desde niño, decidió dedicarse a la escritura después de un par de intentos sin éxito de montar su propio negocio.

El rechazo de varias editoriales y los consejos de un escritor que leyó el manuscrito le decidieron a autoeditar su obra, algo para lo que contó con la ayuda de unos amigos, Josu y Aitor, del Bar Arkupe de Etxebarri, que le prestaron los 4.000 euros necesarios para el proyecto. Mientras vendía la novela a sus vecinos comenzó a enviar correos a los distintos periódicos vascos, hasta que la corresponsal para la zona de uno de ellos, Janire Jobajuria, le realizó una entrevista tras cuya publicación consiguió vender 200 ejemplares en una semana (de los 1.000 que editó ha conseguido vender hasta ahora 900 a un precio de 20 euros) y recibir la llamada de cuatro agentes literarios. Uno de ellos le puso en contacto con Ediciones B, que es quién ha realizado la edición que ahora se presenta.

Los niños que ya no sonríen’ es un 'thriller' duro, sangriento que, con un ritmo trepidante, enlaza varias tramas en torno a la trata de niños, la violencia y la corrupción. Ambientada en escenarios de Bizkaia, la historia tiene como protagonista principal a un oficial del —inexistente en la vida real— Cuerpo Especial de Intervención en Delitos de la Ertzaintza (CIDE), Yago Mellado, separado y con una conflictiva hija adolescente. Mellado y su exmujer se verán obligados a entrar en el juego de una misteriosa asociación en defensa de los niños que está asesinando brutalmente a personas aparentemente no relacionadas entre sí.

“Quiero reflejar historias que nos emocionen y hallar soluciones que no existen para castigar a los que se aprovechan de los débiles”, es la declaración de principios del novel autor, del que ya se puede leer otro relato –‘Un viaje para decirte adiós’- colgado en Amazon.

Pregunta. ¿Cómo surgió su necesidad de escribir?
Respuesta. Todo fue consecuencia del desempleo. Se tiene mucho tiempo para pensar y poca objetividad positiva en volver a reubicarte en un puesto de trabajo. Tras mucho deambular de aquí para allá, decidí dar rienda suelta a mi pasión y meterme en una ficción para sobrellevar los problemas del día a día. Se escribe porque te gusta, es algo que siempre me había planteado, pero no hallaba el momento propicio.

P. ¿Asistió a cursos de escritura antes o después de decidir que quería escribir un libro?
R. Estuve en Granada, en un curso de literatura creativa de un fin de semana acompañando a un familiar, mucho antes de redactar la novela. Tenía curiosidad por ver qué me mostraban.

P. ¿Cómo se documentó para escribir su historia?
R. No me documenté excesivamente, aunque para los temas de la Ertzaintza sí que hablé con amigos que trabajan en ella. Todo parte de la ficción, de cosas que intuyes y que conoces por las noticias. Reflejar la trata de niños me pareció necesario porque, ¡qué ingrato es que te roben tu infancia! Veía en los noticiarios historias de niños que desaparecen y que son víctimas de todo tipo de abusos y decidí crear una trama para hacerles justicia y para mostrar lo afortunadas que han sido nuestras infancias y las de nuestros hijos.

P. ¿Cuánto hay de realidad y cuánto de ficción en su novela?
R. Partiendo de la base de que es una novela —de ficción—, la realidad está muy presente en hechos muy significativos. La historia es una profunda reflexión sobre el mal, el amor y el poder. Y sobre estas bases es fácil descubrir qué parte puede estar apegada a la realidad y cuál no.

P. ¿Qué parte de usted hay en los personajes?
R. Dada la situación en la que vivía, sí puedo decir que hay cosas que reflejo que me pueden haber pasado, pero un personaje es una vida nueva, emociones nuevas y problemas nuevos. Estás dentro de la ficción y te mueves por impulsos creativos.

P. Desde las primeras páginas, la novela presenta escenas extremadamente violentas. ¿Por qué tanta sangre?
R. Es cierto que hay violencia, pero ¿qué no es violento hoy en día? Paro, corrupción, separaciones, mentiras, engaños o fraudes, todo raya la violencia aunque no haya sangre por medio. Además tenía que dar credibilidad a la historia y poner al lector en la tesitura de descubrir por qué mataría. ¿Qué nos puede llevar a dar ese paso tan espeluznante? Por otra parte, como lector, opino que la visceralidad de las escenas engancha y te deja sin aliento. Cuantos más hechos de este tipo aparezcan en la trama, más impactante puede ser la historia y, aunque seguramente a algunos les agradará más y a otros menos, no creo que nadie que la lea permanezca indiferente a la propuesta.

P. Objetivamente, los ‘buenos' de la novela son verdaderos sádicos. ¿No se planteó en algún momento hacerlos más compasivos?
R. Aquí ni el bueno es tan bueno ni el malo es tan malo. Hay una tendencia en algunas novelas del género negro a que con una mínima pista se descubra al asesino y a que los policías o detectives sean perfectos. Pero mi obra muestra que todos somos manipulables y que los policías también tienen una vida propia y que las investigaciones no siempre acaban bien. En la parte negativa, los 'malos’, la novela pone de manifiesto el por qué se puede llegar a abrazar el mal. No se nace malvado, hay circunstancias que pueden arrastrarte a convertirte en un auténtico depredador. Los 'buenos’ de mi relato han tenido poderosas razones para el sadismo. Son compasivos protegiendo a los niños contra los males que creen que se deben de erradicar.

P. ¿Aprueba, ante la ineficacia del sistema judicial, el que los afectados se tomen la justicia por la mano?
R. ¿Acaso alguien cree todavía en la justicia? Yo me he planteado no pocas veces esta pregunta: ¿qué haría si conozco a la persona que te ha roto el alma? El caso de Marta del Castillo es un ejemplo. Los padres son consecuentes y el daño está hecho, pero ¿todos reaccionaríamos igual viendo cómo actúa la justicia?

P. Los policías de la novela, aunque duros son, en general, unos románticos. ¿Lo es usted también?
R. Aunque parezca mentira, ésta es una novela de amor encubierta. Hay una familia que necesita amarse, un hombre que no abandona a su amada en coma, una pareja que recuerda su relación, hay niños que se apoyan entre ellos en los momentos difíciles. Los personajes matan por los que quieren. El amor los mueve en todas las direcciones dramáticamente o con la felicidad que debería sazonar esa palabra.

P. Excepto una de las trabajadoras de la comisaría "casi plana de pecho", todos sus personajes femeninos tienen "senos generosos, enormes, rotundos". ¿A qué se debe esa fijación?
R. No hay fijación alguna y es algo en lo que no he reparado mientras escribía. Puede deberse a que mientras trabajaba en el texto leí unas 20 novelas de género negro para evitar el plagio y como en muchas de ellas aparecían así, inconscientemente haya repetido esa pauta en las protagonistas femeninas. Pero no lo he hecho por nada en especial. Las personas tienen alma y eso es lo que debemos valorar.

P. Ante el rechazo de varias editoriales, usted autoeditó el libro. ¿Tanta confianza tenía en su calidad?
R. Yo lo llamaría necesidad. Supervivencia. Aunque he de reconocer que antes de autoeditarla pedí la lectura por parte de profesionales. Sus palabras me invitaron a hacerlo de ese modo ante la ausencia de respuesta de las editoriales a las que presenté el manuscrito. Por otra parte me daba confianza haber escrito algo que a mí me gustaría leer, al mismo tiempo que como autor interactué como lector. La crítica positiva o negativa tiene que llegar de quien te lee. Uno no sabe si va a gustar o no. Yo la autoedité para vivir unos meses hasta encontrar trabajo animado por las críticas positivas de los que ya la habían leído. Nunca imaginé que fuera a agradar a tantas personas y tomar este rumbo inesperado.

P. En el bar Arkupe le prestaron los 4.000 euros necesarios. ¿Habían leído la novela?
R. No. Ayudaron a un amigo ante sus problemas. Un caso único y especial ya que ni por los cauces normales puede conseguir esa subvención. Me protegieron de mi situación y asumieron con valentía algo que, objetivamente, no garantizaba volver a recuperar lo prestado.

P. ¿Cómo llegó a usted Ediciones B?
R. Tras un reportaje en 'Deia' de la periodista Janire Jobajuria, tuve un encuentro con varios agentes editoriales que bucean en busca de un escritor o autor desconocido para dar a conocer su obra. Al final me decidí por uno que lleva muchos años en contacto con Ediciones B y, tras darlo a conocer a una de las editoras de esa empresa, una vez ambos leyeron la novela, todo fue rodado.

P. ¿Esperaba usted este éxito?
R. No. Hay que tener en cuenta que me autoedité 1.000 ejemplares y cuando lo hice me decía a mí mismo que si vendía 100 iba a ser un logro. Están los vecinos que te apoyan y con eso empiezas, pero siempre con la sensación de que te va a costar muchísimo venderlos. Aun así no me quedaba otra, el trabajo me era esquivo y me lancé al mar sin flotador y sin saber nadar. Lo que ha ocurrido a partir de aquel momento es algo inimaginable.

P. ¿Qué sensación le produce?
R. He de reconocer que soy un privilegiado, porque soy de esos casos aislados con final digamos que moderadamente feliz. Nunca imaginé que la aceptación de la novela fuera a ser tan grande, aunque sí tenía esperanzas de que, por la trama y el ritmo, pudiera tener un aceptable número de lectores. Puntualizo que antes que autor soy lector y esta historia me apasionaría si la hubiera escrito otro escritor. Lo intenso engancha y esa fue mi intención cuando la escribí.

P. Le han comparado con Stephen King y Stieg Larsson. ¿Le han influido estos autores o algún otro escritor a la hora de escribir?
R. Es un privilegio que te comparen con autores de renombre, aunque por desgracia uno de ellos lo haya adquirido con su obra póstuma. Sí, reconozco que King fue el autor de mis comienzos. Leía todos sus libros cuando era chaval y quizá eso desemboque en que ejercites tramas peliagudas pero que entretengan. Pero tengo mi estilo propio y mi terror es humano, no hay nada sobrenatural en él.

P. ¿Se plantea escribir en otro tipo de géneros?
R. Tengo varias ideas para ello. En principio quiero terminar esta trilogía sobre el Grupo CIDE y Yago Mellado, y luego embarcarme en otras historias. Aunque si la aceptación es buena no podré abandonar a estos personajes. Es el lector el que reclama y tú tienes que darle que le agrade leer. Ya he escrito un cuento que también ha sido autopublicado.

P. Ya está en marcha la versión cinematográfica. ¿Qué actores le gustaría que encarnasen a los distintos personajes?
R. Quisiera contestar con sinceridad pero aquí la confidencialidad no es permeable. Sobre este asunto sólo puedo decir que unos guionistas de Barcelona están adaptando el guión en inglés para unos productores que parecen estar interesados. Uno de estos productores es a su vez actor y en la descripción de Yago se refleja parte de su fisonomía. Hasta aquí puedo contar, porque hasta que no se firman las cosas hay que saber esperar. Los proyectos pueden estar en marcha y de pronto por una interferencia inesperada caer a un pozo o aplazarse para más adelante. El interés es fuerte, eso sí es cierto.

P. ¿Hasta qué punto ha sido determinante Barakaldo en su formación y en su manera de ver la vida?
R. Es el lugar donde nací, donde he trabajado, donde he pasado buenos momentos, donde tengo grandes amistades. Barakaldo es nuestra pequeña capital.

P. ¿Dónde estudió?
R. Mi formación como estudiante me lleva hasta las rampas de Arrigorriaga, donde acabé mis estudios en COU. No puede decirse que sea un autor preparado. Mis conocimientos provienen de la lectura.

P. La pregunta que surge ante las infancias traumáticas retratadas en su novela es ¿cómo fue la suya?
R. Lo que recuerdo, porque ha quedado muy atrás, es haber tenido una infancia agradable. Nunca he padecido penalidades y siempre he estado rodeado de cariño y amigos. Una de las finalidades de mi novela es mostrarnos que somos unos privilegiados.

P. ¿Siempre ha trabajado como albañil o ha probado otros campos?
R. Desde los 16 años he estado trabajando en la obra. Luego, cuando me quedé en el paro, intenté adquirir un bar y un puesto de lotería, pero no te dan facilidades para nada y hoy, gracias a Dios, puedo decir que menos mal que me aventuré con la autoedición. Ahora conozco mucha gente importante y tengo ante mí muchos caminos alternativos. Por ejemplo existe la posibilidad de escribir guiones de cine si no funcionase bien mi recién iniciada carrera.

P. ¿Cómo ha recibido su familia este éxito?
R. Al igual que yo, están gratamente sorprendidos. Los principios fueron duros porque ellos no lo veían. Era algo que no tenía salida y yo era albañil. Me apoyaron pero sí es cierto que en primera instancia les parecía una locura.

P. ¿Qué es ‘El monstruo tragaluz’?
R. Es un cuento infantil que escribí en una tarde y que doné a los chicos que llevan el Bar Arkupe en Etxebarri. Josu y Aitor, que son los que me dejaron el dinero para mi novela. Ellos, en un gesto solidario, lo han puesto a la venta en su establecimiento, a un precio simbólico de cuatro euros —aún les quedan ejemplares—, para con lo recaudado poder hacer un banco de alimentos en la localidad. En esta historia nos apoyaron artistas y personajes famosos con los que contacté. En diciembre se hizo una fiesta gracias a la colaboración de una mujer maravillosa, Mari, del Ayuntamiento. Y me gustaría agradecer la predisposición del alcalde de Etxebarri y de un buen número de voluntarios que pertenecen a Comunidades y que montaron una fiesta estupenda. Es un cuento muy tierno y muy recomendable que se publicó en castellano y euskera.

P. ¿Es verdad que esta novela es la primera de una trilogía?
R. Sí. Y puedo avanzar que su título es ‘Días rotos’ y que Yago Mellado tendrá que pasar nuevas pruebas de fuego aunque en esta segunda parte con la colaboración de una nueva compañera llamada Julia Lasarte.

P. En la novela, localizada en distintos lugares de Bizkaia no aparece Barakaldo. ¿Incluirá a la anteiglesia en la siguiente?
R. Es cierto que Barakaldo no aparece como tal, pero sí que hay parte de la trama ambientadas en un espacio tan representativo para la anteiglesia cono es Cruces. Por supuesto que Barakaldo cobrará protagonismo en las nuevas entregas. Primero quería tener una visión subjetiva de cómo iba a ir la novela para luego, con tranquilidad, elegir más localizaciones.

P. ¿Cuáles son sus próximos proyectos?
R. Estoy escribiendo la segunda parte —que es más bien una continuación— sobre el Grupo Especial de la Ertzaintza. Tengo colgado en Amazon un relato –‘Un viaje para decirte adiós’-, que creo que se convertirá en un corto cinematográfico, y está prevista la segunda parte de ‘El monstruo Tragaluz’, aunque hay otro cuento escrito que tiene opciones de salir a la luz. Además tengo varias ideas sobre otras obras que llevaré a cabo tras finalizar estos objetivos inmediatos.

P. ¿Algo que decir a sus lectores?
R. Me gustaría dar las gracias sobre todo a aquellas personas que me compraron el libro autoeditado, ya que sin ellos no habría llegado a publicar con una editorial. Es un éxito, ya de por sí, haber sido seleccionado por una editorial dados los tiempos que corren, pero mi mayor éxito es la cantidad de personas que he conocido y a los que puedo llamar de verdad amigos. Ese es mi logro.

P. Recomiende su obra a los que aún no la han leído
R. Les invito a leer mi novela porque creo que cada palabra tiene adrenalina, cada capítulo aspira a atraparte, cada giro argumental es totalmente inesperado y contiene elementos de suspense, misterio, intriga y terror. Siempre avalamos a los escritores foráneos y leemos sus obras, pero creo que es el momento de apoyar a los de casa y darles un voto de confianza. Lean esta historia llena de emociones de todo tipo y juzguen ustedes si los de aquí podemos ser considerados como escritores a la altura de cualquiera. La razón de ser de un escritor son los lectores y sólo si te leen tienes posibilidad de seguir escribiendo, si no todo quedará en un bonito sueño y una gran experiencia. Espero que les agrade y anticipo mi agradecimiento a los que me den su voto de confianza.