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por Adela Estévez Campos
El 12 de marzo de 1950 nació en el barrio de Arrandi de Barakaldo el que probablemente ha sido el más controvertido entrenador de la selección española, a pesar de que hasta su llegada ninguno había obtenido los resultados que él logró con ‘la roja’. Javier Clemente Lázaro, ‘el rubio de Barakaldo’, estudiante en los Hermanos de La Salle, como todos los hijos de los trabajadores de Altos Hornos, inició su carrera futbolística en el equipo juvenil del Barakaldo Club de Fútbol. Llegó a jugar 56 partidos oficiales con el primer equipo del Athletic Club de Bilbao y fue internacional juvenil por España en dos ocasiones. Retirado de los campos a los 25 años por una grave lesión (doble fractura de tibia y peroné), pasó a ejercer como entrenador. Casado y con dos hijos, ya no vive en la anteiglesia, pero viaja a ella todos los meses para visitar a su madre y comer con sus antiguos amigos del colegio.
Pregunta. ¿Qué recuerdos guarda del colegio La Salle?
Respuesta. Buenísimos, todos mis amigos de juventud son del colegio. Ya no vivo en Barakaldo, pero voy al menos una vez al mes para verlos. Visito a mi madre y quedo con ellos para comer.
P. ¿Era usted de los alumnos deportistas o de los estudiosos?
R. Los deportistas también teníamos que estudiar, porque los cursos había que pasarlos y había que aprobar las asignaturas.
P. ¿Aprobaba todo?
R. Entre junio y septiembre iba aprobando. Repetí sexto de bachillerato porque entonces ya estaba muy metido con los entrenamientos.
P. ¿Cómo fue su infancia en Barakaldo?
R. Muy en la calle, muy de jugar todo el día fuera. Entonces todo era muy distinto, había muchas campas, no había el tráfico que hay ahora, ni tantos camiones. Estábamos todo el día jugando al fútbol. Todos mis amigos jugaban. Luego la vida nos llevó a cada uno por un lado y no todos pudieron dedicarse a ello profesionalmente.
P. Usted empezó en las categorías inferiores del Barakaldo Club de Fútbol.
R. Sí, estuve un año y enseguida pasé a las del Athletic Club
P. Y en 1968 debuta con el primer equipo. Debía de ser muy bueno.
R. No sé si era bueno o malo, pero les gustó como jugaba.
P. En esa época los coches llevaban unas pegatinas que ponían 'Clemente, el 10 del Athletic'
R. Bueno, cuando jugaba hubo una discusión sobre quién debía ser el 10 del equipo y como en aquella temporada se llevaba mucho lo de las pegatinas en los coches, unos de Barakaldo, por aquello de que yo era del pueblo, las hicieron y andaban con ellas pegadas.
P. ¿Y entonces llega la lesión?
R. Sí, a los 20 años. Seguí jugando, pero después de que me operaran siete veces, desistí.
P. ¿Guarda rencor a Marañón, el jugador del Sabadell que truncó su carrera de jugador?
R. No, en absoluto. Mi vida siguió otro camino igualmente satisfactorio. Me puse a estudiar, saqué el título y empecé a entrenar. Primero con el Arenas, después Basauri y luego con los críos del Athletic y cuando cumplí los 30 años ya pasé a entrenar al primer equipo.
P. Con el Athletic les ganó dos ligas y una copa a los dos grandes.
R. El Athletic también es grande.
P. ¿Dejar el equipo fue un pulso ‘o Manu Sarabia o yo’ que perdió usted?
R. La causa de dejar el equipo fue la indisciplina de un jugador. Como entrenador yo decidí que no jugaba y la directiva decidió prescindir de mí.
P. ¿Cuántos premios recibió al mejor entrenador?
R. No sé, dos creo. No me acuerdo.
P. Fueron más, tres por lo menos.
R. Puede ser. No me acuerdo, hace demasiado tiempo.
P. Ha entrenado a muchos equipos pero nunca al Madrid o al Barça. ¿Lo lamenta?
R. No, para nada. Quizás me hubiera gustado. Estuve a punto en varias ocasiones de entrenar a ambos equipos, pero acabaron eligiendo a otros. Aún estoy a tiempo.
P. Ha sido el entrenador más atacado por la prensa de toda la historia de la selección a pesar de sus resultados. ¿A qué cree que se debe?
R. A que tengo un carácter que no gusta a todos.
P. ¿Cómo se lleva ser el entrenador de la selección en un país en el que cada español tiene alma de seleccionador?
R. Es complicado. Todo el mundo opina, aunque yo no le doy la mayor importancia, pero hay periodistas que quieren decirte lo que tienes que hacer y por eso no paso. Yo no soy de los que se callan, siempre digo lo que pienso y como ellos pueden publicar todos los días lo que quieren, ya tenemos el lío armado.
P. Le han acusado de hacer un fútbol demasiado defensivo
R. Eso es totalmente falso. Es un invento de la prensa. Siendo yo el seleccionador nacional, el equipo batió todos las marcas de máximo goleador. Es un completo contrasentido ser los máximos goleadores haciendo un fútbol defensivo. Lo que pasa es que algunos periodistas como no tenían argumentos para atacarme se inventaron eso del fútbol defensivo.
P. Ha entrenado a la selección de Camerún y de Serbia. ¿Qué diferencias encontró con la española?
R. El fútbol es igual en todas partes. Las diferencias en Camerún eran sobre todo de medios económicos y culturales. En cuanto a Serbia, era un país nuevo que acababa de independizarse, con una guerra muy reciente, no había medios y tuve que crear un equipo nuevo, con gente muy joven.
P. ¿Y en Marsella?
R. En Marsella, ningún problema. El fútbol francés tiene muy buen nivel. Me llamaron porque el equipo estaba al borde del descenso y conseguimos mantenernos en la categoría.
P. ¿Qué ha cambiado en el fútbol desde que usted era jugador?
R. Mucho. La calidad no ha mejorado, pero antes la afición era más auténtica y el futbolista se hacía en función de esa afición. Hoy predomina el marketing y el factor económico.
P. ¿Se ha jubilado como entrenador?
R. Por supuesto que no. Sigo en activo.