por Adela Estévez Campos | Fotos cortesía de Agustín de Velasco
El barakaldés Agustín de Velasco Gorbea (1942) entró como ajustador en la Escuela de Aprendices de la Naval y ha desarrollado toda su carrera profesional en ingenierías. Sin embargo, desde hace décadas, la pasión que le consume horas sin fin es la música popular del Gran Bilbao. Su historial dice que ha sido relaciones públicas y coralista de Lagun Zaharrak, de Santurtzi; cofundador, vicepresidente y coralista de Itzalde, de Okondo-Aiara; y promotor en 1996 del Concurso de Composición Coral Santurtzi. De Velasco Gorbea es además el 'culpable' de los cuatro discos 'Ría Nervión. Santurtzitik Bilbora abesbatzak abesten', que darán paso en 2008 al libro 'Bilbao, la ría y sus canciones' y a un volumen con medio millar de páginas de partituras. Ahora, sin urgencia y con atención al detalle —"no es lo mío hacerlo de cualquier manera"—, trabaja en un nuevo libro que amplía los anteriores e investiga esas canciones que hicieron populares incluso en América formaciones como Los Bocheros, Los Chimberos, Los Ruiseñores del Norte, Los Cinco Bilbainos o Los Chiquis.
Agustín de Velasco puede pasarse horas hablando de su infancia y juventud en Barakaldo, de sus épocas de estudiante en Lasalle y en Paúles, de la evolución de los nombres de las calles de la anteiglesia, de las excelentes voces que salieron de la Schola Cantorum o de cómo se aficionó a la música popular desde chaval, parado ante la puerta de los establecimientos de bebida donde se juntaban gran parte de los miembros de esa agrupación para interpretar canciones populares y clásicas, mientras se tomaban los ‘txikitos’, después de haber ofrecido en la parroquia el concierto programado correspondiente.
Baldo, Adolfo Santa Eufemia y Narru |
Respuesta. Mi familia estuvo viviendo en el número 65 de La Familiar, de la Heredad de Beurko, donde lo hice yo a partir de mi nacimiento en la Maternidad de Bilbao hasta que tenía siete años. Entonces nos trasladamos a las primeras casas municipales que se construyeron. A la calle que formaron se le asignó el caprichoso y dudoso nombre de Tribu Moderna, hasta que al cabo de algunos años, una comisión de la vecindad protestó al Ayuntamiento por tal desacertada denominación y le adjudicaron el nombre del político de turno, Federico Mayo, para que al fin y cuando, llegó la democracia, le tocara en suerte el nombre de Ferrerías, en unas y otras nos respetaron el número 8. ¡Hay que ver!
P. ¿Dónde estudió?
R. Primero, en párvulos, en las Escuelas de Bagatza. Después pasé a Los Hermanos de La Salle y posteriormente a los Paúles, en la Plaza de Abajo. El primer colegio lo dejé por edad, el segundo por trabajar mi padre en la Naval —en la Salle estudiaban los hijos de los de Altos Hornos— y no poder por lo tanto estudiar allí el cachiller; y el último porque cuando acabé segundo de bachiller, encaminado a estudiar carrera, siendo el hijo mayor y con 14 años, falleció mi padre.
P. ¿No continuó entonces sus estudios?
R. A falta de quien me los pagara, tuve que rectificar la trayectoria y entrar para ajustador en la Escuela de Aprendices de la Naval, donde a los 18 años, tras aprobar la convocatoria, pasé a delineación; hasta que ya casado ingresé en la empresa de ingeniería Sener, en Las Arenas, y finalicé al cabo de los años mi trayectoria laboral en la empresa Industria de Turbo Propulsores (ITP), en Zamudio, en la que trabajé desde su fundación.
La Schola Cantorun de San Vicente, en el Teatro Arriaga |
R. Nació en Barakaldo, escuchando las excelentes voces que salieron de la Schola Cantorum. Allí estaban los Urbieta, Aranceta, Esturo, Arenzana, Perico Alonso, Santa Eufemia, Arteagabeitia, los Segurola y otros muchos, entre los que en aquellos tiempos se encontraba incluido el chimbero Baldo. También había mujeres, porque entre 1946 y 1951 la Schola fue un coro mixto en su primera época.
P. ¿Estudió música?
R. No, imposible. Me tenía que dedicar a trabajar, debido a la falta de mi padre, y a estudiar por las tardes-noches para ascender profesionalmente. Incluso tuve la fatalidad de que me incorporaran al servicio militar en Ceuta a pesar de ser hijo de viuda. Luego vino el matrimonio, los hijos y a seguir con los deberes y ocupaciones. Ya una vez estabilizada mi vida familiar y laboral, inicié mi participación coral en todos los órdenes, incluido el organizativo.
P. ¿Escribe letras de canciones?
R. Sí, he escrito diversos textos para canciones, algunos solicitados por ciertos compositores de prestigio, otros para determinadas obras corales e incluso el utilizado para la composición coral dedicada a las sardineras en el Concurso de Composición Coral Santurtzi de 1996.
P. ¿Ha colaborado como articulista en alguna publicación?
R. Efectivamente y, por cierto, siempre he tenido como tema las actividades corales, de las que habitualmente escribí en las publicaciones Kantuz, Salgai y Santurtzi.
P. ¿Cómo surge la idea de publicar ‘Bilbao, la ría y sus canciones’?
R. Todo empezó con la realización de los cuatro discos 'Ría Nervión. Santurtzitik Bilbora abesbatzak abesten'. Debido a que había pensado desde tiempo atrás en la necesidad de tener recogidos los temas populares de toda la vida en la comarca, creí que sería bueno hacerlo con coros, ya que ésta había sido una de las más importantes formas de interpretarlas en épocas pasadas desde que se iniciaron los concursos de ochotes, en el año 1934, organizados por el periódico bilbaino ‘Excelsius’. Entonces decidí meterme en ese berenjenal y que lo ideal sería que lo realizaran un ochote y otro coro de voces graves, además de uno de voces mixtas.
P. ¿Cuándo surge este tipo de canciones?
R. En el libro dejo muy claro cuándo fue la implantación de estos temas y lo inexacto de lo asegurado en algunas informaciones escritas que las vinculan a la implantación el año 1891 de los carnavales de Bilbao, con las ruidosas y uniformadas comparsas que desfilabam interpretando coplas con temas siempre alegóricos a la actualidad, hasta la prohibición de los mismos por parte del Ayuntamiento, en 1918.
P. ¿Son entonces anteriores?
R. En 'Bilbao, la ría y sus canciones' se recogen numerosos temas populares que aparecieron antes de esas fechas de carnavales. Por citar algunas de las más populares, la que dice ‘Ené, qué risas hisemos’ —‘Ronda de Barragarris’— fue creada en la década de 1850 y se refiere a las correrías de que disfrutó cierta noche por las Siete Calles una cuadrilla de bilbainos ‘barragarris’. Pero más antigua es la creación jocosa y burlona a la que, con el título de ‘La caza del txinbo’ y con melodía bilbaína, puso texto Manuel de Ziorraga en 1828. Y no tiene ni comentario esa perla antiquísima creada por los bilbaínos en 1743 con motivo de la reconstrucción de la Iglesia de San Nicolás de Bari, del Arenal.
P. ¿Hay alguna pieza de Barakaldo?
R. En este libro, lógicamente, no pueden faltar temas del Barakaldo rural e industrial, con numerosas jotas a las que han sido tan asiduos, o la magnífica obra 'Río Castaños', de Sabin Salaberri, y la 'De Arrandi a Zaballa'.
P. ¿Y el libro que está preparando ahora?
R. Va para largo. Tendrá el formato de los anteriores pero mayor contenido e intérpretes. Estimo que tardará en ver la luz año y medio aproximadamente. Requiere mucho trabajo y no es lo mío hacerlo de cualquier manera. Cada tema requiere su labor de investigación porque incluso los textos que han llegado hasta nuestros días han sido manipulados a gusto del intérprete de turno. Un ejemplo es la canción que dice “La txanela de Pedrín, la remanga de Julián, cuando suba la marea quisquillitas cogerán”, en la que originalmente decía 'Pelín' en lugar de 'Pedrín' y 'sambroquillos' en lugar de 'quisquillitas'. Y en “Disen los albañiles que harán un sepelín de yeso con alas pa volar”, originalemente era ‘con alas de Portland’.
Los Cinco Bilbainos en 1951 |
R.- Las grabaciones correspondientes al primer libro tienen armonización coral, mientras que en las de este segundo es instrumento-vocal. Es la especialidad más popular y con la que se han propagado estos temas, no sólo por toda Bizkaia sino también por numerosos territorios de Europa y América. Es por donde principalmente realizaron numerosas giras Los Bocheros y, después, Los Chimberos, Los Ruiseñores del Norte, Los Cinco Bilbainos o Los Chiquis. Hubo además de estas formaciones otros grupos e intérpretes de creaciones distintas pero también referenciadas a nuestra idiosincrasia como el Cuarteto Soroak, Mocedades, Estitxu, Maite Idirin, Nacho De Felipe. Entre todos ellos suman un enorme material para desarrollar el libro.
71 canciones corales del Gran Bilbao
De Velasco publicó en 2008 'Bilbao, la ría y sus canciones', un libro de 270 páginas acompañado de un disco de cinco horas y 54 minutos de canciones. La obra tuvo como punto de partida el trabajo realizado para la grabación, entre 1999 y 2005, de cuatro discos con el título 'Ría Nervión. Santurtzitik Bilbora abesbatzak abesten', en los que intervinieron una decena de formaciones corales de Bizkaia. Aquel proyecto se completó, en 2009, con un volúmen de 541 páginas con partituras, textos e ilustraciones de la Semana Coral de Begoña, el Día Coral de Bizkaia y la de la Federación de Coros de Bizkaia.
De Velasco, con el concejal de Cultura de Santurtzi |
R. Los dos primeros, de los años 1999 y 2001, fueron grabados íntegramente por el Ochote Danok Bat, de Portugalete; el Orfeón de Sestao y, en voces mixtas, el Orfeón San Antón, de Bilbao.
P. ¿Mantuvo a esas formaciones en los siguientes discos?
R. Sí, pero ya con la realidad de la experiencia recogida y viendo el trabajo que habían generado los anteriores, para el tercero y cuarto, de 2003 y 2005, conté además en voces graves con el Deustoarrak, de Bilbao; la Schola Cantorum de San Vicente, de Barakaldo; el coro Biotz Alai, de Algorta; y la Coral Santa Lucía, de Laudio; y en voces mixtas, con la Coral Ondarreta, de La Arenas; Jatorki Abesbatza, de Santutxu; y Abeskideak Abesbatza, de Bilbao, creada exclusivamente para estas grabaciones; además del dúo Oraintxe Bertan, que grabó la antiquísima canción ‘Muy pamparrones te son’.
P. ¿Se realizaron labores de difusión de las piezas grabadas?
R. Los coros que participaron en las grabaciones ofrecieron 40 conciertos interpretando canciones populares en todos los municipios de la comarca y los cuatro discos fueron presentados el año correspondiente de su realización en concierto en el Teatro Arriaga, de Bilbao.
De Velasco y los directores de los coros del disco 'Ría Nervión I' |
R. Sí, aunque con una mínima compensación por su esfuerzo, ya que cada formación recibió 500 discos para comercializar, a excepción del Abeskideak Abesbatza y del dúo Oraintxe Bertan, que sólo tuvieron una actuación puntual, por lo que no se les entregaron.
P. ¿Se repartieron más discos?
R. Los Ayuntamientos que colaboraron con los costes de grabación, masterización y fabricación recibieron cada uno 50 discos, además de las 50 unidades que me reservé yo para distribuir entre colaboradores y compromisos institucionales, y de los repartidos entre los compositores de las obras y los componentes de los servicios auxiliares municipales de los conciertos. De manera que se editó una cantidad importantísima de discos.
P. ¿Cómo gestionó la realización y configuración de las canciones grabadas?
R. En principio hice una relación de los temas populares que conocía y seguidamente me dediqué a recopilar los demás por numerosas y variadas fuentes informativas, hasta reunir un gran número de ellos. A continuación los fui agrupando según su coincidencia de género, incluyendo en cada canción el número apropiado para su lógica duración de escucha. Así fui configurando las canciones con títulos como ‘De Arrandi a Zaballa’, ‘Baserritarrak’, ‘Bizkaia querida’, ‘De flor en flor’, ‘Dichoso morapio’, ‘Por Iturribide’ o ‘Ronda de txikiteros’, entre otros muchos.
Dúo Oraintxe Bertan |
R. No, todavía faltaba la parte musical. Fui enviando los textos y melodías a los músicos que previamente se habían comprometido para armonizarlas coralmente y, una vez me las devolvían ya listas para su utilización, yo las distribuía según mi criterio a los coros que habían aceptado colaborar y a partir de ahí estas formaciones las iban preparando y poniendo a punto con el objetivo de ir grabándolas en los Estudios Tío Pete, de Urdúliz, que fue donde se materializó todo este proyecto.
P. ¿Quiénes fueron los compositores que colaboraron con usted?
R. Participaron gratuitamente y con plena dedicación Tomás Aragüés Bernad, barakaldés desde los dos años que fue cuando vino de la tierra aragonesa de su familia, hijo del recordado director de la Banda de Música Tomás Aragüés Bayarte; otro barakaldés de los de siempre y director de la Schola, Iñaki Hernández Robledo; y además de estos, Sabin Salaberri, Joseba Torre, Alfredo Hurtado de Saratxo, José Moisés Egaña, Juan Cordero Castaños, Ángel Enfedaque y Santiago Gorostiza.
P. ¿Sobre estos discos escribió el libro?
R. Efectivamente. Tomé como base sin excepción todos los temas de las canciones grabadas que ya por ello, al ser una armonización coral, fue de alguna manera dignificar estos cantos populares. Pensé que ya para completar la información de sus textos y melodías había que dejar constancia escrita de sus particularidades, vicisitudes, procedencias y antigüedad, como referencia para otras generaciones. Por eso decidí recoger todo ello en un libro, en el que además incluí los antecedentes musicales de Bilbao y su comarca natural, así como el nombre y fecha de aparición de los conjuntos instrumento-vocales que fueron quienes más influyeron en la propagación de estos temas, facilitando el aprendizaje de los mismos por parte del pueblo. Además ilustré todo ello con las fotografías de sus intérpretes, de sus armonizadores y de las que, desde antiguo, fueron testigos del devenir de esta comarca y sus moradores, además de las que tenían relación con los textos recogidos en él.
Beti Alai.Perico Alonso, Baldo Álvarez, Manolo Gómez, Ángel Bustillo y Jesús Segurola |