Apenas un cuarto de hora pero muy intenso. Miles de personas, la mayoría pequeños con sus padres y madres, asisten cada día al ritual del toro de fuego. "¡Ya viene el toro!", gritan excitados los niños cuando se asoma el artefacto por el escenario de ladrillo de la Herriko Plaza. La llegada de la 'bestia' se anuncia por los gritos de los pequeños y por la multitud que corre en círculo alrededor del puesto de control de sonido del escenario central. Los voluntarios de Protección Civil observan la escena. No hay problemas y eso a pesar de que las carreras y los choques invitan a pensar lo contrario. Al final, satisfacción entre los participantes.>> programa de fiestas >>
