por Koldo Llorente
Ni la ola de frío siberiano ni los fuertes vientos ni la lluvia han impedido que se haya realizado este domingo la tradicional subida a Santa Águeda. Cientos de personas han subido, y bajado, a lo largo del día, protegidos del frío y la lluvia con gorros, bufandas y paraguas. Al contrario de lo sucedido el año pasado, cuando un día soleado y cálido acompañó a los excursionistas hasta la ermita, este domingo ha amanecido con fuertes rachas de viento, bajas temperaturas y lluvias. Sin embargo, como ha comentado a
Barakaldodigital un barakaldés que no se ha amilanado por el mal tiempo, "al principio da pereza, pero luego uno sube mejor y merece la pena”.
Por el camino se podían ver puestos en los que la gente paraba a comprar rosquillas, quesada o cordones de San Blas. La ermita es el final del trayecto para la mayoría, aunque algunos siguen subiendo a los montes cercanos. Sin embargo, este año han sido pocos los que se han animado debido al mal tiempo. Para casi todos el plan era llegar, comer el bocadillo y volver a bajar.
El vecino de Barakaldo Yeray Peña explica: “Al mal tiempo hay que ponerle siempre buena cara. A pesar de que las condiciones climáticas no son las más idóneas y es domingo, hay que animarse y subir. Al principio da pereza, pero luego uno sube mejor. Merece la pena”.