foto: ThorbionDentro de las distintas formas de robo de los que puede ser víctima cualquier ciudadano, hay algunas tipologías de las que son víctimas los ancianos con mayor frecuencia. Estos delitos tomando unas pequeñas precauciones se podrían paliar en gran medida. Los casos más habituales son los siguientes:
Robos después de acudir a una entidad bancaria. En muchas ocasiones está alguno de los delincuentes simulando hacer alguna gestión en la sucursal y observando si algún cliente está sacando alguna cantidad de dinero de cierta importancia. Después son seguidos hasta el portal de su domicilio y ya sea de forma violenta o distrayéndole con cualquier disculpa le sustraen el dinero sin que se de cuenta. En este caso es recomendable ir acompañado por alguna otra persona lo que probablemente disuada de sus intenciones a los que pretendan atracarles, también sería conveniente sacar el dinero en pequeñas cantidades y, por último, no entrar al portal con desconocidos.
Robos en el portal o el ascensor de su domicilio. Estos puntos son muy utilizados por los ladrones para abordar a sus víctimas cuando se encuentran solas y así les sustraen los objetos de valor empleando la fuerza y en ocasiones son bastante violentos. Por ello hay que evitar acceder a estos espacios junto a personas ajenas al edificio, y en caso de que algún desconocido adopte actitudes sospechosas no dude en avisar a la policía.
Robos en la vivienda. También se ha constatado que son frecuentes los robos en las propias residencias de los ancianos porque han permitido el paso a su domicilio a desconocidos. Los cacos se hacen pasar por empleados de una empresa que viene a realizar alguna revisión y así entrar en el domicilio, en otras ocasiones acceden con la disculpa de alguna encuesta u oferta comercial. Una vez dentro piden un vaso de agua o ir al baño para quedarse solos y así sustraer objetos de valor y dinero. Ante estas situaciones, la medida más eficaz que podemos tomar es no franquear el acceso a nuestra casa a ningún desconocido.
