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El 'Escorial' de Barakaldo


Fotos y reportaje de Erlantz Sánchez y Sergio Vázquez

"La obra que están haciendo es una faena. Los clientes están desquiciados y yo también. Lo peor de todo es que no se sabe cuándo la van a terminar". El bar Txokoa es uno de las decenas de comercios y negocios que sufren desde hace más de un año los trabajos que el Ayuntamiento realiza en el avenida de Euskadi para ensanchar aceras e implantar el servicio de recogida neumática de basuras. El proyecto de reforma debe facilitar el día a día de los vecinos de la zona, pero la prolongación de las labores genera quejas y cuantiosos perjuicios a hosteleros y comerciantes.

Desde la bajada del palacio de justicia de Barakaldo hasta la entrada de Resurrección María de Azkue la calle está patas arriba: bloques de ladrillos por doquier, salientes metálicos a la carretera y coches librando obstáculos de arena. "No se sabe cuándo van a terminar. Cada día abren más la acera y esto es una chapuza desde el punto de vista de la higiene. Está todo lleno de escombros y a la clientela le cuesta llegar hasta aquí", explican desde el bar Nogueira.

Lo más grave para los afectados es la falta de seguridad a lo largo de toda la obra. Las herramientas de trabajo de los obreros se encuentran al alcance de cualquiera (maquinaria de corte de materiales de gran dureza, utensilios de los propios trabajadores y escombros amontonados en cualquier lugar) y no hay ningún tipo de señalización cerca de la entrada del colegio público Arteagabeitia. Si hay peligro durante la jornada laboral, cuando la calle permanece cerrada mientras los obreros realizan su trabajo, peor es cuando finalizan las labores y la vía queda de nuevo abierta al tráfico, con todas sus consecuencias.

La parte más afectada son los comercios puesto que sus entradas quedan totalmente valladas y prácticamente inaccesibles para sus clientes, lo cual en tiempos de crisis agrava más si cabe la situación por la que pasa el pequeño comercio. "Mi bar está en el centro de la calle y mucha gente ni se da cuenta de que está aquí por culpa del levantamiento que están haciendo. Además, entrar en el local está complicado ya que me han quitado la acera y hay que pasar por encima de unas placas metalicas", indica el propietario del bar Armonía.

El acuerdo entre la constructora y el Ayuntamiento dice que la obra finalizará antes del mes de diciembre de este año. Los vecinos y pequeños negocios creen que es difícil de creer dada la evolución del proyecto.