Numerosos usuarios de las piscinas municipales de Bilbao se bañan sin gorro al aplicar un decreto del Gobierno vasco que no considera obligatorio su uso. En Barakaldo, incluso, se venden gorros «a un precio barato, noventa céntimos» para quienes se lo olviden en casa, o, simplemente, no lo tengan. «Les decimos que por higiene se pongan chándal y gorro, pero no sé si es un consejo o una norma», confiesan en el polideportivo de la localidad fabril, donde «no hay nadie que se bañe sin gorro».
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