En mis correrías por El Noticiero Bilbaíno de hace más de un siglo suelo encontrarme numerosas gacetillas que dan cuenta de la actividad del gremio de la rapiña, una actividad que nació posiblemente al mismo tiempo que la Humanidad. ¿Quién puede dudar que en la prehistoria no hubo ladrones? […] Otra prueba de lo mucho que ha cambiado el nivel profesional de los rateros es otro robo cometido en el barrio de Sobrelacampa de Barakaldo, allá por el verano de 1885. En aquella ocasión, los rateros se apoderaron del siguiente botín: dos blusas, dos calzoncillos, una camisa, un par de zapatos... y un sable.
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