En su tercera jornada, el Festival Viernes Flamencos presenta a dos artistas cuya química en el escenario es palpable y contagiosa. Se trata del cantaor sevillano Ismael de la Rosa, conocido artísticamente como "El Bola", y el guitarrista madrileño Joni Jiménez.
La propuesta, que se presenta por primera vez en Euskadi, aúna las raíces más profundas del flamenco con las innovaciones más contemporáneas. Un tapiz sonoro que recorre los ritmos ancestrales de la bulería, la soleá y la seguiriya, así como las melodías más vibrantes de la rumba y la taranta.
Ismael de la Rosa ha compartido escenario con destacados artistas flamencos y de otros géneros, como C. Tangana, lo que videncia su versatilidad como cantaor. Su cálida voz y su respeto por la tradición, le ha valido el reconocimiento en festivales como la Bienal de Sevilla, consolidándose como una promesa del cante flamenco.
A pesar de su juventud, Joni Jiménez tiene ya a su espalda una excelente trayectoria en la que ha acompañado a grandes figuras del cante. En el baile ha formado parte de los espectáculos de Farruquito, Ángel Rojas, al que ha musicalizado varios espectáculos, o Belén López, entre otros. Actualmente está concentrado en la creación del que será su primer trabajo discográfico.
Y el sábado, día 12, seguirá la música de la mano y, sobre todo, del talento de Izaro. La cantante y compositora presentará el directo de su quinto disco, Cerodeenero.
Un trabajo conceptual, emocionante, intenso y lleno de contrastes: Un ejercicio de creación en el que juega con el pop, la raíz y la electrónica. Poco que añadir a todo lo que ya se ha dicho de este último trabajo de la artista bizkaina, únicamente que las sensaciones que provoca su nuevo disco se multiplican al gozar de su concierto en directo.
Izaro crea canciones que son joyas, temas que transmiten amor o rabia, porque tienen intensidad y vida propia. Hablan del mundo actual, del dolor, de la gestión de la exposición pública o la cultura del “hate”, de los sentimientos de culpa que nos genera la sociedad actual como un sin sentido, o de miradas llenas de amor, calma y luz hacia el futuro.