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La Renta Básica Incondicional (RBI) es una prestación económica que contribuye a que las necesidades básicas de toda la población estén cubiertas. Sería pagada por el Gobierno Vasco a todas las personas residentes en la CAE.
- 900 euros mensuales para personas mayores de 18 años o menores emancipadas,
- 450 euros mensuales para quienes tengan entre 14 y 18 años,
- 270 euros mensuales para personas menores de 14 años.
¿Quién la recibe?
La RBI es incondicional, universal e individual.
- Incondicional: No se necesitaría cumplir ningún requisito para recibirla, salvo el de justificar un periodo previo de residencia de 3 meses.
- Universal: Se cobraría sin tomar en cuenta los ingresos o patrimonio con los que cada cual contase.
- Individual: Se pagaría a cada persona, independientemente de con quién conviviera.
¿Cuáles son los objetivos más importantes de la RBI?
Poner fin a la pobreza y garantizar una seguridad económica mínima que permita desarrollar proyectos de vida con una mayor libertad y autonomía. La libertad es imposible si carecemos de recursos; la libertad exige recursos suficientes. Esto supone un poder de negociación para rechazar y decir no a lo que no nos conviene, a lo que nos domina; para poder decir sí a unos trabajos y a unas vidas que sintamos como verdaderamente propias.
Son también objetivos de la RBI:
terminar con los modelos de rentas mínimas condicionadas, que se han demostrado incapaces de acabar con la pobreza: esto afectaría a la RGI del País Vasco, que sería sustituida por la RBI
mejorar radicalmente la redistribución de la renta, tanto por la propia RBI como por la reforma fiscal profunda que sería necesario llevar a cabo para financiar la nueva prestación.
¿Por qué dar la RBI a todas las personas, incluso a las que tienen altas rentas y grandes patrimonios?
Porque es un derecho universal – como lo son la sanidad o la educación – que a nadie pueda negarse.
Ahora bien, el hecho de dar la RBI a todas las personas, sean ricas o pobres, no implica en absoluto que las más ricas salgan beneficiadas. Éstas deberán contribuir, vía impuestos, con pagos superiores a lo recibido a través de la RBI. Así, en el caso de las personas con ingresos muy altos, lo recibido mediante la RBI se compensaría automáticamente con pagos de impuestos más altos.
¿Se puede financiar una RBI?
Diversos estudios realizados por académicos pertenecientes a la Asociación Red Renta Básica, han demostrado que se puede financiar una RBI igual al umbral de pobreza (las investigaciones se han hecho con datos fiscales referidos a Cataluña, España y Gipuzkoa) a través de una reforma radical del IRPF. Las características comunes de los diversos estudios son las siguientes:
La RBI estaría exenta del IRPF.
Cualquier prestación monetaria pública inferior a la RBI queda eliminada, y cuando es superior a la RBI, se complementa a la misma para que la persona perceptora no pierda.
Quienes promovemos la ILP para una RBI en la CAV, hemos introducido una modificación que nos parece necesaria por coherencia ideológica: las prestaciones de carácter contributivo (pensiones y prestaciones de desempleo), tendrán el mismo tratamiento que los salarios, es decir, en lugar de ser absorbidas por la RBI, se sumarán a la misma y posteriormente serán sometidas al gravamen fiscal del IRPF que les corresponda.
La RBI se autofinancia, es decir, no genera un déficit neto estructural. Lo que quiere decir que lo que se recauda en el IRPF hasta ese momento se sigue recaudando, además de lo necesario para financiar la RBI.
El impacto distributivo es de carácter progresivo (quién más gana, más impuestos paga)
Más del 50% de la población adulta, con menores ingresos, mejora su renta neta respecto a la situación actual, así como, obviamente, la totalidad de las y los menores.
Cualquier hogar por debajo del 20% más rico (con mayor renta) nunca empeorará su nivel respecto a la situación previa a la reforma.
Los resultados de los índices de progresividad y distribución, manifiestan unos valores muy claros a favor de una mayor igualdad en la redistribución de la renta posterior a la reforma.
Una vez demostrado que con la sola reforma del IRPF, la financiación es viable, el debate sobre la financiación se coloca ya en otro plano.
Se pueden abordar todos los impuestos hoy existentes y otros nuevos a crear para llevar a cabo una reforma fiscal con pretensiones más amplias que la de financiar una RBI.