Esta semana desvelamos que el equipo de gobierno de Amaia del Campo se dejó sin gastar más de 32 millones de euros, de los cuales, 15 estaban libres de polvo y paja, sin comprometer, como refleja el informe de la liquidación del pasado año. Dos días después, desde el PNV salieron admitiendo el dato, pero diciendo que ya “sólo” les quedaban 11 -millones de euros, sólo-, porque habían tenido que echar mano de este montante para afrontar determinados gastos que no tenían previstos (recordemos que aún estamos debatiendo el presupuesto del año en curso, esto es, que las cuentas de 2021 llegan 5 meses tarde). Además, esta “aclaración” vino acompañada por una tourné de la alcaldesa por las habituales radios, con un discurso en el que sugiere que “el ahorro es consecuencia de la buena gestión, y nos va a permitir actuar ahora contra las consecuencias de la COVID”. Las preguntas aquí surgen casi de manera instintiva: ¿puede considerarse buena gestión el ahorrar en una institución pública en situación de pandemia? y ¿cómo pueden quedarse sin gastar hasta cerca de 15 millones de euros sin ningún tipo de cargas con la que ha caído en 2020?
Empezábamos este artículo diciendo una obviedad, y es que en caso de emergencia una de las cuestiones más importantes es la celeridad en las actuaciones. Como vimos, dos días tardaron en articular una excusa tan vaga, como que pretenden realizar ahora “actuaciones a cargo de este ahorro”. O sea, que sitúan en el “ahora” el momento oportuno para hacer uso de esos millones.
Desde luego, nos imaginamos lo que opinan quienes llevan un año endeudándose para poder seguir con el comercio abierto, o quienes sobreviven con los ERTEs, o las más de 1000 personas que han pasado a engrosar las listas del paro en Barakaldo, cuando les dicen que AHORA van a hacer algo con ese dinero que tenían parado, mientras ellas y ellos sufrían. Ojo, bienvenida sea la inversión en políticas sociales que permita aliviar la situación de emergencia que seguimos viviendo, pero aún no nos han explicado cómo es posible que hayan dejado sin gastar 15 millones de euros con la que está cayendo.
La COVID19 nos ha cambiado la manera de vivir a todos y a todas. Que el ayuntamiento haya sido incapaz de gastar más de 15 millones de euros en socorrer la situación económica y sanitaria de sus vecinas y vecinos resultaría, cuanto menos, preocupante, o lo que es peor, que este hecho pueda responder a una estrategia premeditada de “ahorrar” recursos para destinarlo posteriormente a otras políticas, a otros momentos más acordes con los intereses del PNV, resultaría… pónganle ustedes un calificativo, ahora.