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El PNV y el PSE vuelven a la guerra pese a gobernar en coalición

Barakaldo, 1 jun 2020. La coalición de Gobierno PNV-PSE en el Ayuntamiento de Barakaldo vuelve a estar agitada. Las elecciones autonómicas han provocado choques durante semanas, con desesperados intentos de atribuirse todo tipo de méritos. Sin embargo, el último pleno municipal ha devuelto la guerra entre los dos partidos, aunque utilizando subterfugios para evitar mayores problemas o un clima abiertamente irrespirable como el vivido los últimos ocho años.

Las estrategias del PNV y del PSE en Barakaldo obligan ahora a leer entre líneas cuando hace sólo un año el enfrentamiento se despachaba casi a bofetadas en la plaza pública y volviéndose la cara. La situación para los concejales y partidos barakaldeses es diferente a hace 12 meses porque sus direcciones en Euskadi les han obligado, a su pesar, a un Gobierno de coalición que ninguno quiere, porque, en lo personal, no se soportan.

El periodo de la cuarentena por el covid19 ha sido un buen termómetro. Mientras la población estaba aterrorizada por los contagios y los muertos, nacionalistas vascos y socialistas se esforzaban por intentar mostrar que hacían algo por el pueblo, siempre con la vista puerta en las elecciones autonómicas.

El PNV ha centrado su estrategia por dar todo el protagonismo a la alcaldesa, Amaia del Campo. Ella aparece desde hace semanas en actividades y con asuntos que no acostumbraba a abordar, desde la situación de los bares a las familias que no tienen qué comer, pero que ahora le permiten la imprescindible fotografía en las redes sociales y el vídeo para las televisiones.

Con la excusa de la "información municipal", Del Campo aparece cada semana en medios de comunicación locales en entrevistas blancas, sin preguntas comprometidas. Las radios y televisiones no indican si estos espacios están pagados por el Ayuntamiento, pero el Consistorio ha destinado al menos 10.000 euros a publicidad en algunos de ellos sólo en el mes de abril.

Por su parte, el Partido Socialista, casi sin el dinero público para publicidad, sigue con su liderazgo difuso, que muestra a través de notas de prensa y redes sociales. El cabeza de lista, Alfredo Retortillo, se mantiene totalmente en segundo plano; mientras buscan la visibilidad sus compañeros y concejales de Seguridad, Ángel Madrazo; de Desarrollo Sostenible y Medio Natural, Alba Delgado; y Empleo y Cohesión Social, Juan Antonio Pizarro.

Tanto el PNV como el PSE explotan para su beneficio cualquier paso que se dé en Barakaldo y que tenga remotamente alguna relación con el Ayuntamiento.

Así, las mascarillas enviadas por el Gobierno central (PSOE) han sido utilizadas por las dos partes.  Los socialistas se han exhibido en los repartos y han explicitado que eran una aportación del "Gobierno de España". Tras varios anuncios del PSE, la alcaldesa también se sumaba a anunciar las mismas mascarillas, pero ocultando la procedencia y fingiendo que era una iniciativa municipal.

Pero los momentos más llamativos en esta guerra soterrada por ganar en la propaganda electoral se han producido con dos hechos de escasa relevancia inicial. El 19 de mayo, el PSE buscaba su espacio anunciando dos actividades con motivo del Día de la Diversidad Cultural y esa misma jornada, horas después, el PNV sacaba otra nota de prensa para intentar también rentabilizar el evento, con referencia a uno de los hechos: un cortometraje realizado por un grupo de adolescentes.

Más impactante había resultado la situación dos semanas antes, el 5 de mayo, cuando los socialistas anunciaban a la prensa que estudiarían cómo organizar los espacios urbanos para lograr el distanciamiento social.  El comunicado del PSE salió a las 11.18 y sólo dos horas después, a las 13.23, el PNV enmendaba la plana a los socialistas y comunicaba ya una organización de espacios: ocho paseos urbanos (fracasados y desmontados una semana después) y una polémica prohibición de que las bicicletas usaran el carrilbici en las horas centrales.


A bofetadas. Pero las estrategias de desprecio diplomático han quedado superadas en el último pleno del Ayuntamiento.

El portavoz socialista, Alfredo Retortillo, no acudía al pleno, pese a celebrarse por internet. La ausencia no fue mencionada en ningún momento por la alcaldesa, Amaia del Campo, por lo que había que hacer un seguimiento detallado o tener información directa para conocer el hecho. La falta del edil no tenía ninguna consecuencia porque su voto no era vital.

El PNV ha utilizado en esta ocasión una de sus armas más habituales que la eximen de responsabilidad directa: las redes sociales de terceros que ocultan su identidad o su vínculo con el partido. La dirigente local del PNV y candidata a concejala Nekane Gartzia, que se presenta en las redes sociales como "una vecina más", atacaba desde su cuenta de Twitter: "Dice mucho de un político, encima del equipo de gobierno, el no ser capaz ni de acudir a un pleno telemático en el que se trata un tema del área que se supone gestiona... ¿Me explica alguien qué alega para no acudir? ¡Qué indecencia! Como vecina siento vergüenza ajena. #Barakaldo […] La antipolitica personificada...inaceptable, la verdad que creía haberlo visto todo ya en este ayuntamiento pero a la vista está que no".

Los socialistas tampoco se quedaban atrás. En la misma sesión plenaria, el PSE cumplía con el 'contrato' con el PNV y daba sus votos al pago de la polémica factura de 16.000 euros para comprar muebles para el despacho de la alcaldesa y la sala de protocolo. La adquisición, a juicio de la máxima autoridad técnica del Ayuntamiento (interventor), se realizó sin respetar las leyes. Los socialistas argumentaron su apoyo a pagar la factura para no perjudicar al comercio vendedor del mobiliario, pero dejaron, al mismo tiempo claro, que consideraban que no se había cumplido con "los preceptos legales que hubieran debido regir en esta contratación".

La guerra entre los socios del Gobierno de coalición se repetiría pocos minutos después. El concejal delegado de Hacienda, Danel Sola, del PNV, descalificaba sin miramientos al interventor en público y para todo el mundo, a través de internet. El grupo socialista, a continuación, se deshacía en elogios hacia el mismo técnico, cuyos informes alertan cada mes de irregularidades por cientos de miles de euros en las contrataciones municipales.

Aunque está arriba en todas las encuestas y datos cada vez mejores en las dos convocatorias electorales en Barakaldo, el PNV de Barakaldo no oculta su nerviosismo y tampoco su hostilidad hacia su socio. A los socialistas, con muy poco electoralmente que ganar al ser el factor débil del Gobierno, el cuerpo les pide pasar al ataque y juegan al tacticismo sin fin.

Unos y otros, sin embargo, están obligados a este matrimonio acordado más arriba en el que se pueden lanzar las sillas siempre que no se note demasiado y que durará, como suele ser habitual, hasta que falte poco menos de un año para las próximas elecciones municipales y, entonces sí, se puedan decir a la cara lo que se están ahora guardando. Será en campaña, antes del siguiente pacto.