La respuesta ha sido durante un mes y medio un 'no' sin matices si el anciano se encontraba en una residencia, aunque estuviera en plenas facultades físicas y mentales. La Diputación lo hizo público el mismo 14 de marzo en que el Gobierno central declaró la cuarentena obligatoria.
"La Diputación Foral de Bizkaia, atendiendo a las indicaciones del Gobierno Vasco en el actual escenario de expansión del coronavirus en Euskadi, ha adoptado la decisión de suspender las visitas en los centros residenciales de personas mayores"La institución foral ha modificado la instrucción el 27 de abril para permitir acercarse a los ancianos aunque sólo una vez por semana y con fuertes medidas para prevenir una pandemia que ha causado más de 250 muertes en las residencias de Bizkaia:
"[…] Dentro de las limitaciones necesarias para evitar la expansión del Covid-19, la institución foral indica que se pueden programar visitas con todas las garantías sanitarias y bajo estrictas medidas de control.
La contestación a la pregunta es más compleja si el anciano permanece en su vivienda. La alcaldesa ha hablado repetidamente estos días sobre su madre en las falsas entrevistas pagadas y encuentros con la prensa.
En una entrevista a 'El Correo', publicada el 21 de abril, Amaia del Campo explicaba que vive el confinamiento con su marido y sus dos hijos, y que su máxima preocupación es su madre anciana. "Vive sola y aunque nos saludamos por la ventana, estoy deseando estar con ella y darnos esos besos que tenemos acumulados", decía al periódico. "A la persona a la que más ganas tengo de abrazar es a mi madre".
Menos de una semana después, al tiempo que advertía de más multas a quien se saltara la cuarentena, aseguraba: "Yo, ayer a la mañana (por el domingo 26 de abril), salí porque tuve que ir a casa de mi ama". Era parte de la supuesta entrevista (minuto 7, segundo 27) que cada lunes realiza en Radio Nervión con el periodista Eduardo Velasco, que fue el encargado de la presentación de la candidatura de la alcaldesa hace un año.
Y el 5 de mayo, en Telebilbao, de nuevo insistía. "En la familia estamos todos bien […] Mi 'ama' es mayor, está sola, la tenemos ahí en su burbujita, aislada, y no podemos abrazarla y achucharla", aseguraba de manera aparentemente contradictoria con lo afirmado en Radio Nervión.
Consultada respecto al acatamiento de las disposiciones contenidas en el estado de alarma, la alcaldesa ha negado cualquier incumplimiento por su parte:
En cuanto a las preguntas realizadas:
- En todo momento he respetado las limitaciones impuestas de confinamiento, abandonando mi vivienda únicamente para realizar las acciones permitidas y, por supuesto, sin abandonar en ningún momento el término municipal.
- Respecto a la situación de los miembros de mi familia, le recuerdo su derecho a su privacidad y que no tiene derecho a publicar cuestiones que afecten a la misma.
- No son ciertas esas supuestas pruebas de vulneraciones por mi parte de las normas de confinamiento.
- Ante la posible publicación de falsedades sobre mí respeto a la legalidad vigente o sobre cuestiones que afecten a la esfera privada de mi familia, me reservo obviamente mi derecho a adoptar las medidas legales oportunas.
Fdo. Amaia del Campo Berasategui
El decreto de confinamiento señala que "las personas únicamente podrán circular por las vías o espacios de uso público para la realización de las siguientes actividades, que deberán realizarse individualmente, salvo que se acompañe a personas con discapacidad, menores, mayores". Además prevé como "causa justificada" para salir a la calle la "asistencia y cuidado a mayores, menores, dependientes, personas con discapacidad o personas especialmente vulnerables".
Por su parte, el Ministerio de Sanidad señala que "las personas mayores son más vulnerables frente al nuevo coronavirus que el resto de la población" y por ello pide a los ancianos quedarse en casa, seguir "estrictamente" las medidas de distanciamiento social. "Es muy importante evitar el contacto con otras personas", señalan desde este Cartera de Gobierno. De hecho, incluso recomienda que, si hay que hacerles la compra a los mayores, se deje en la puerta "manteniendo una distancia de uno a dos metros.
Los agentes de policía consideran que hasta ahora, a la espera de lo que se regule para la Fase I de desconfinamiento, no se puede acudir a la casa de un familiar enfermo salvo que exista una causa que realmente lo justifique. Sin embargo, estas visitas han sido más o menos comunes y algunos agentes de la autoridad no se han dado por enterados.
Con la entrada este lunes 11 de mayo en la Fase I de la llamada 'desescalada' o salida de la cuarentena, el Gobierno central ha previsto la posibilidad de permitir grupos de hasta 10 personas, manteniendo las distancias. ¿Significa que puede participar el anciano? A priori, salvo que Gobierno Vasco establezca nuevas excepciones, la respuesta es no.
El Ejecutivo de Pedro Sánchez ha indicado, en su protocolo de fases, que estos encuentros no incluyen a los eufemísticamente llamados 'mayores'. Las instrucciones para la Fase I permiten, en concreto, el "contacto social en grupos reducidos para personas no vulnerables ni con patologías previas".
Los ancianos son considerados como 'vulnerables' en esta pandemia, con lo que no podrán acercarse al resto de la familia en esta fase inicial, pero tampoco en la Fase II y sólo en la última, en la Fase III, el Gobierno prevé un poco de aire fresco: "Establecimiento de medidas para la protección específica de grupos vulnerables puntuales en el desarrollo de las medidas de alivio".
De hecho, el programa de fases establece para la Fase II: "Visitas de un familiar a personas con discapacidad en residencias y viviendas tuteladas (salvo en el caso de las residencias de mayores)". Y se aplaza a la Fase III la "previsión de desescalada y revisión modelo de residencias de mayores".
Por lo tanto, las normas que actualmente ha establecido el Gobierno central, salvo que el Gobierno Vasco haga modificaciones como las más restrictivas medidas impuestas para la Fase I, no permiten, con carácter general, las visitas a los ancianos.
En cualquier caso, el respeto a las disposiciones del estado de alarma es un asunto controvertido, que da lugar a interpretaciones variadas. En algunos casos se ha difundido públicamente la supuesta vulneración por parte de representantes públicos de las normas que obligan al aislamiento y de las recomendaciones sanitarias para evitar la extensión de la pandemia.
Así, el expresidente Mariano Rajoy (PP) ha sido acusado de saltarse "habitualmente" el confinamiento para hacer ejercicio, mientras el vicepresidente Pablo Iglesias (Podemos) hacía esta semana la compra sin llevar mascarilla y además, anteriormente, acudió en persona al Consejo de Ministros y dio una rueda de prensa mientras estaba en cuarentena preventiva por el positivo de su mujer, la ministra de Igualdad, Irene Montero.
En Reino Unido, la jefa de Salud del Gobierno escocés dimitió por acudir a su segunda residencia y tuvo que dar explicaciones públicas un integrante del Gabinete del Boris, el ministro de vivienda y Gobierno local Johnson Robert Jenrick, después de que la prensa revelara que había visitado a sus padres y que para ello había conducido 65 kilómetros. Jenrick, que repetidamente reclamaba a la población que no saliera de casa, alegó que había llevado alimentos y medicinas.