Si bien el problema es anterior, había sido puesto en conocimiento de la comunidad anteriormente y se había contratado a un fontanero para tratarlo, la declaración del estado de alarma paralizó el proceso. Además, durante el confinamiento hemos tenido mayores problemas, ya que al estar en casa prácticamente todo el día hemos notado, especialmente a las mañanas, este corte de suministro.
Precisamente cuando esto ocurre es cuando en un negocio ubicado en los bajos del edificio se utilizan a la vez varios equipos a la vez. Tras algunas pesquisas por parte del fontanero contactado por la administradora de fincas, éste sospechaba que, efectivamente, la actividad podía ser la causante del problema, posiblemente por la utilización ilegal de una bomba de agua. Por lo tanto, solicitó al propietario del establecimiento el acceso a la toma de agua del mismo, a lo que éste se negó.
Dirigiéndose al dueño del local, éste también respondió negativamente, por lo que hizo falta presionar para que el dueño del negocio accediera finalmente a mostrar la toma de agua y el depósito; eso sí, la cita fue pactada, dando tiempo al dueño a realizar los cambios necesarios. Cuando el fontanero pudo acceder al cuarto, éste comprobó que, efectivamente, había una bomba de agua, pero aunque se encontraba desconectada del suministro; por lo tanto, no se podía, al parecer, hacer nada.
Aquel día contamos con un suministro normal, pero al día siguiente la situación volvió a su estado anterior.
Tras ello, los vecinos nos pusimos en contacto tanto con el Consorcio de Aguas como con URA, quienes nos han remitido al Ayuntamiento de Barakaldo. Éste, en un primer momento nos señaló por teléfono que la dicha instalación era ilegal, no estando además reflejada en la licencia de apertura del local.
Sin embargo, en una contestación por escrito, el Ayuntamiento elude toda responsabilidad, señalando que no detecta por su parte ninguna anomalía en la red y que es la comunidad la que tiene que hacer las comprobaciones en el local.
Como ya habíamos señalado, los propios dueños del local y del negocio nos ponen impedimentos a la hora de hacer esas comprobaciones, por lo que estamos indignados ante la inactividad del ayuntamiento de Barakaldo.
Además, su única respuesta es que lo denunciemos a la Policía Municipal, organismo que nos ha referido que, antes de nada, es el Ayuntamiento el que tiene que actuar. Por ello, sentimos que unas instituciones se pasan la pelota mientras el problema se queda sin resolver.
Queremos remarcar que esta falta de agua nos impide llevar una vida con normalidad: nos vemos obligados a llenar garrafas para poder beber y tirar de la bomba del baño y a cocinar, lavar y ducharnos a determinadas horas en las que el negocio apenas tiene actividad.
El agua es un bien básico y las cinco viviendas de la mano C del edificio vemos vulnerado este derecho día tras día. Por ello, queremos hacer pública nuestra situación para ver si así los agentes implicados reaccionan y toman medidas. Los vecinos que sufrimos este problema seguiremos tocando todas las puertas que hagan falta hasta que veamos restituido nuestro suministro de agua con normalidad".
