Eder Álvarez Rivera | concejal de Irabazi
BARAKALDO, 17 MAR 2019. Recientemente se ha publicado un artículo en un medio de comunicación que ha levantado ampollas entre las personas jóvenes, bajo el título “Adolestreinta”. Y el cabreo generalizado no es para menos. El eufemismo de la generación “Ni-Ni” parece haber pasado a mejor vida, y ahora nos quieren vender con otro nombre que la responsabilidad de no poder emprender una vida autónoma es de las personas jóvenes.
Durante la campaña electoral de 2015 quisimos poner especial énfasis en la situación de la juventud barakaldesa. Por aquel entonces, resultaba palmario que las personas menores de 30 años estaban siendo uno de los colectivos más afectados por el periodo de crisis-estafa que veníamos arrastrando desde 2008. Porque, mientras el colectivo de mayores de 45 años han sido las más castigadas por despidos y EREs de distinta índole, las menores de 30 no conseguían encontrar empleos dignos, y mucho menos continuados en el tiempo que les permitieran emprender un proyecto de vida autónomo, y sólo las redes familiares disimulaban la situación de vulnerabilidad. Y yo, que he trabajado con ellas y para ellas, estoy hasta el gorro de escuchar a personas adultas decir con cierto tono paternalista y despectivo “lo bien que viven los jóvenes de hoy en día”. ¿Es eso cierto?
El Observatorio Vasco de la Juventud monitoriza la situación de las personas jóvenes de Euskadi periódicamente. Y los datos que vienen arrojando resultan, cuanto menos, alarmantes. Primero, la tasa de actividad entre las personas jóvenes es la más baja de toda la serie estadística, lo que viene a demostrar que muchas prefieren seguir formándose, en muchas ocasiones de una manera un poco caótica y por el mero hecho de tener el tiempo ocupado, ante la imposibilidad de encontrar un empleo digno. Se trata en su mayoría de estudiantes que alargan el periodo formativo a fin de mejorar su empleabilidad. De hecho, en los años 2017 y 2018 se da el mayor volumen de jóvenes fuera del mercado laboral de los últimos diez años.
El desempleo juvenil en la CAPV es más de 6 puntos superior a la media, superando el 16% (casi dos puntos más que el último trimestre). Pero es que, además de esto, lo sangrante es la calidad del empleo que tiene la juventud (las que lo tienen). A saber: más del 30% tiene jornadas parciales, prácticamente un 70% tiene empleos temporales, y un cuarto de los hogares jóvenes sufre riesgo de pobreza. Si a esto le sumamos, por ejemplo, las variables del contexto barakaldés, donde 9 de cada 10 contratos firmados durante el año pasado eran temporales, donde la rotación contractual es prácticamente de 4 contratos anuales, donde el mercado de la vivienda de alquiler supera los 10,4€/m², y donde para acceder a una hipoteca es necesario disponer al menos el 20% de liquidez, pues hombre, el problema no es que “vivan bien” sino que no pueden emprender su vida, que es muy distinto.
Y sin embargo, llama la atención que las políticas de juventud sigan siendo el último (o de los últimos) eslabones de este consistorio. Y los son, por que el área de juventud apenas recibe 655.897€, o lo que es lo mismo, Barakaldo destina el 0,57% del presupuesto municipal a políticas de juventud. Si a esto le sumamos los 150.000€ de las ayudas al alquiler juvenil, el porcentaje asciende al 0,70% del total. Y vaya por delante que desde nuestras formaciones creemos que el trabajo del área y de sus técnicas podríamos tildarlo de heroico viendo el presupuesto con el que cuentan.
En definitiva, que mientras algunos siguen diciendo desde su superioridad moral que supuestamente les otorga el mero hecho de tener más edad, que las personas jóvenes “viven muy bien” mientras estas trabajan en empleos de miseria, las pasan canutas para poder acceder a una vivienda, o hacen malabares para poder irse de vacaciones con su salario de becario, no se preocupen, que pronto hablaremos de los “Adolescuarenta”, los “Ni-Nis” cincuentones, y los jubilados jipis que viven bajo el puente. Cualquier excusa es buena para evitar afrontar la realidad que nos ocupa: la precarización de las condiciones de vida de la mayoría social.
Éste es un espacio cedido por 'Barakaldo Digital' gratuitamente y en igualdad de condiciones a todas las fuerzas políticas con representación en el Ayuntamiento de Barakaldo ante la celebración, el 26 de mayo de 2019, de las elecciones municipales