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Opinión | Berri-Otxoak: 25 años a pie de calle

Protesta de Berri-Otxoak

por Karmele Andrés, Alfredo Castro, Juan Carlos Becerra e Isabel García Durán


"Hemos aprendido que la falta de un empleo decente, la imposibilidad de acceder a una vivienda o los impedimentos para el desarrollo de una vida digna no se resuelven a través de salidas individuales"

Estos días se conmemora el 25 aniversario de la creación de la plataforma contra la exclusión social y por los derechos sociales Berri Otxoak. Hace 25 años, el 12 de agosto de 1992, la Policía Municipal de Barakaldo desalojó, por orden del alcalde —de entonces— Carlos Pera del PSOE, el local municipal sito en la calle San Valentín de Berriochoa, en el que se reunían decenas de personas y colectivos sociales de diversa índole. Este desalojo fue el germen de la creación de la Coordinadora de Colectivos Populares-Berriotxoa.

La agrupación estaba compuesta por las asociaciones que venían conformando este espacio alternativo y solidario: la antigua radio libre Zirika Irratia, los movimientos ecologistas Eguzki y Eki, la agrupación de mujeres feministas Hilargia, la entidad de promoción del euskera Etxepare Taldea, el colectivo antimilitarista que impulsó la insumisión, Kakitzat, la Comisión Popular de Fiestas, a los que sumar otras instancias de la localidad como el taller literario La Galleta del Norte, Te Atrako Teatro o diversos grupos musicales.

Después del desalojo efectivo de este local (tras varias recuperaciones, reapropiaciones y okupaciones desarrolladas a lo largo del último cuatrimestre de 1992) y dentro de las protestas impulsadas durante meses en demanda de espacios autogestionados por las asociaciones de la localidad, el 19 de marzo de 1994, al final de una manifestación, se okupó un edificio de tres plantas en la calle Apuko, en el barrio de Beurko, que fue vivienda permanente de una decena de personas. El 18 de agosto de 1997 fue desalojado por la Ertzaintza: la especulación inmobiliaria planeaba sobre el solar.

La plataforma Berri-Otxoak es hija de los continuos planes de reconversión industrial aplicados contra la Margen Izquierda, recortes en los subsidios por desempleo o en las ayudas contra la pobreza. Hija de la inmigración, del paro, de la invisibilidad, de la represión política y social, de la discriminación y vulneración de derechos contra las mujeres, o de los estragos de la heroína en nuestros barrios.

La realidad social de los años ochenta y noventa que nos rodeaba en nuestro municipio (ex)fabril era tan gris como la actual. De nuevo vuelven a surgir las colas a las puertas del INEM, ahora Lanbide; se reproducen las declaraciones grandilocuentes de los políticos de turno frente a la sangrante realidad del día a día: despidos, precariedad, desahucios, nula cobertura social, decenas de familias que tienen que acudir al comedor social de Cáritas o al Banco de Alimentos para poder disponer de una comida diaria.

A lo largo de estos 25 años son múltiples las movilizaciones por el derecho a una vivienda digna, contra la especulación y los desahucios sufridos por cientos de familias a lo largo de estas dos décadas. Además de impulsar diferentes protestas contra los recortes, la precariedad y la pobreza.

En respuesta a esta realidad, se impulsó la creación de una oficina alternativa de información sobre derechos sociales, que abrió sus puertas el lunes 17 de noviembre de 1997 y por la que han pasado ya 10.307 familias del municipio.

En estos 25 años hemos aprendido que la falta de un empleo decente, la imposibilidad de acceder a una vivienda o los impedimentos para el desarrollo de una vida digna no se resuelven a través de salidas individuales. Sólo a través de la denuncia pública, la organización y la lucha se puede dar una solución a la actual situación de empobrecimiento generalizado.