"No celebré ni el cinco ni el 10 ni el 15, pero me apetecía hacerlo el 17". Lo dice Gustavo Freije Barón (Madrid, 1967), el propietario del restaurante
Casa Enol, de la calle Gernikako Arbola, que este 9 de febrero ha organizado una fiesta por todo lo alto en la que ha contado con el apoyo de cientos de clientes y amigos. Freije tiene buena memoria y lo demuestra señalando cada una de las fechas en las que ha participado en la puesta en marcha de un negocio. La que corresponde a esta historia es el 9 de febrero de 2000. Entonces abrió sus puertas Casa Enol. Hoy, 17 años después, entre globos de colores, música, sesión fotográfica y 1.200 pinchos gratis, sigue siendo un establecimiento que apuesta por trabajar con "productos de calidad" y que tiene su especialidad en la plancha, tanto para carnes como para mariscos y especialmente pescados. Dice su titular que en su casa los clientes pueden encontrar lubinas, rodaballos, cogotes de merluza o besugos que son difíciles de hallar en otros restaurantes de la localidad porque lo que hay en carta es "todo producto de mar y fresco", sin piscifactorías.
Recién cumplidos sus 50 años, Gustavo Freije tenía ganas de celebrar y de "que se vuelva a hablar de Casa Enol". Por eso esta fiesta multitudinaria que, en cierto modo, es también celebración de los 37 años que este hostelero lleva en el sector.
Sus padres llegaron a Barakaldo, desde Madrid, en 1969. Su progenitor, gallego, lo hizo para incorporarse como obrero en Nervacero. Su madre, machega, para trabajar en una casa, cuya familia llevaba un bar en la avenida de la Libertad —/Jubels/—. Allí, con 13 años, para ganarse unas perras el fin de semana y mientras estudiaba en Minas Formación Profesional II en Construcciones Metálicas, comenzó en la pancha en la que sigue casi cuatro décadas después. Confiesa que siempre le ha gustado el trabajo del restaurante, pese a lo sacrificada que es la hostelería.
El joven Freije trabajó en la cocina del Centro Manchego o en el Asador Arrandi antes de llegar al antiguo y desaparecido Casa Enol, de los hermanos Javier y Enrique López Alonso, que habían abierto aquel local un 18 de diciembre de 1985, con aquel joven trabajador de 18 años que llegaba con la pierna escayolada, rota dos días antes de la apertura. Años después, un martes y 13 de septiembre 1993, los hermanos pusieron en marcha el asador en Bilbao, en la calle Pozas, y también Gustavo Freije les siguió en aquella aventura. Y finalmente en 2000, Freije y Javier López, entre otros socios, inauguraron el Casa Enol de Gernikako Arbola, que hoy está sólo en manos del primero.
El restaurante, según destaca su propietario, mantiene la plancha como elemento que le identifica para una clientela que, en esta celebración de 17 aniversario, ocupa por completo el comedor que normalmente ofrece 11 mesas y capacidad para 40 comensales.
La oferta que se encuentran los clientes, de martes a domingo, pasa por un menú del mediodía en laborables que cuesta 15 euros, 10 menos que el fin de semana, además de la posibilidad de la carta. "Por 35 o 40 euros puedes comer casi lo que quieras a la carta", destaca el restaurador. El restaurante tampoco olvida los vinos, especialmente los blancos, por el pescado, pero sin descuidar los tintos, con los Rioja y Ribera, así como las denominaciones de origen. Freije obtuvo hace tres años el título de sumiller y en dos ocasiones ha llegado a la fase final del concurso Nariz de Oro.
