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OPINIÓN | Barakaldo, ciudad virtual

por Javier Puertas, presidente de la Asociación Vasca de Patrimonio Industrial

Ya lo han hecho. Ya han derribado el último de los históricos chalets que la Compañía Orconera Iron Ore tenía en Lutxana. El último vestigio de lo que fue la primera colonia obrera y primer ejemplo de “garden-city” que se construyó en el País Vasco del siglo XIX.


Aunque estaba incluida en el Inventario General de Patrimonio Industrial del Gobierno Vasco y el Plan Territorial Sectorial sobre Patrimonio Industrial y Obra Pública lo recogía como un Bien Cultural a Calificar. Aunque había sido un conjunto estructuralmente protegido por el propio Plan General de Ordenación Urbana de Barakaldo y formó parte de su patrimonio municipal. Aunque la Asociación Vasca de Patrimonio Industrial y Obra Pública y otras asociaciones habían solicitado su protección a la Consejería de Cultura del Gobierno Vasco. Aunque los criterios de sostenibilidad -Agenda 21- y de reutilización, restauración y rehabilitación parecen estar de actualidad para la administración local y autonómica en los tiempos que corren.

Lo cierto es que el Ayuntamiento de Barakaldo no ha mostrado el más mínimo interés por su conservación y puesta en valor. Igual que con el magnífico patrimonio arquitectónico de la antigua Sefanitro o de la Central Térmica de Burtzeña. Un patrimonio industrial cuya reutilización y puesta en valor habría permitido dotar de edificios de servicios y nuevos equipamientos al futuro Parque Empresarial de Burtzeña y al nuevo barrio diseñado para la parcela de Sefanitro. Se pierde así buena parte de la memoria histórica del Barakaldo minero e industrial.

Mientras, el viejo cargadero de Orconera se encuentra en situación de total abandono, el edificio Ilgner no está habilitado para visitas, el “Museo de la Técnica” se utiliza para los “chicharrillos” y el Ayuntamiento elabora pretenciosas guías turísticas.



Atentamente,
Fdo.: Javier Puertas
Presidente de la AVPIOP